jueves, 18 de febrero de 2010

Reflexiones... A futuro.

Vengo comentando con no poca frecuencia en el blog, que los ejidenses vamos a tener que afrontar en un próximo futuro algunos y variados aspectos de nuestra vida cotidiana. En las lineas que siguen trataré de dar algunas “pinceladas” a aquellas cuestiones que entiendo vamos a tener que afrontar; mas allá de las cuestiones puramente municipales, aunque sin obviarlas.

Hay que empezar por lo mas próximo que es el municipio; y aunque me empeñe en reclamar el Estado de Derecho aplicado a la vida pública, al menos en lo mas intimo no dejo de reconocer que ante el fraude social al que estamos siendo sometidos por parte de los profesionales de la política (entiendase los que viven de ella); resulta comprensible que el conjunto de los ciudadanos sienta desprecio por ellos.
El viejo aforismo de “todo por los ciudadanos pero sin ellos” cobra especial vigor en nuestro pueblo.

En lo personal hemos caido en la indolencia y en la comodidad, arrastrados por la creencia de que la gestión de lo público no es cosa nuestra y hay que dejarla en manos de quienes encarnan el perfil de persona que queremos ser. Las consecuencias son nefastas y las estamos padeciendo ya en el presente; y mucho mas aún las vamos a padecer en el inmediato futuro, a poco que se agrave la situación, ¿si es que le queda margen para hacerlo?. Para muestra un “botón”.

En estas fechas venimos observando la huelga de los trabajadores de las subcontratas municipales. Creo que todos los lectores son conscientes del costo político que representa para el equipo de gobierno tener en las puertas del Ayuntamiento a 80 familias acampadas, sin cobrar desde hace meses, y sin garantías respecto al mantenimiento de sus puestos de trabajo. ¿Como es que no llegan las soluciones?.

Estoy convencido de que las soluciones están en camino habida cuenta de la presión de los propios trabajadores y porque hay otras administraciones implicadas; pero hay que preguntarse. Ademas de la reciente deuda reconocida en Pleno, con Elsur que ronda los 70 millones de euros; ¿a cuanto no ascenderá el vacío de las arcas municipales para no haber acabado con la huelga?.

Evidentemente la respuesta al interrogante se conocerá algún día en toda su magnitud. De momento podemos ser conscientes los vecinos de que los posibles ingresos de los años venideros en las arcas municipales, ya están gastados con antelación, y las inversiones en la próxima legislatura van a brillar por su ausencia.

En definitiva lo que pretendo trasmitir es que tenemos la necesidad urgente de pasar a la acción, nos va la supervivencia en ello como colectivo; debemos tomar conciencia de que la política municipal se ha vuelto algo tan importante como para no dejarla en manos de la clase política.

¿Se niega el pueblo a participar en la política?. No, se niega quien ha hecho de la política, no un servicio público, sino una profesión bien remunerada, y cuando su poder y su salario dependen del mantenimiento del actual estado de cosas, y de su déficit democrático.

En mi fuero interno llego a plantearme si estaremos convencidos de nuestra propia razón de existir. El “alma” de los pueblos no es algo que pueda inventarse ni improvisarse de un día para otro, los mecanismos de supervivencia de un pueblo es algo que se forja con el paso del tiempo. Los sistemas políticos pueden inventarse, pero no ese espíritu que termina dando cuerpo y sentido de SER a un colectivo.

Trato de recuperar para mi ese pueblo con ideales, aunque dependamos de la economía agrícola para poder seguir manteniendo encendida la antorcha de El Ejido próspero que todos conocemos. Y para reflejar gráficamente lo que quiero decir, os traslado literalmente, y para terminar… Un cuento que leí en su día.

"Se comenta que hace mucho tiempo un campesino, su caballo y su perro caminaban lentamente por una calle polvorienta. Después de un largo recorrido el hombre se "dio cuenta" de que los tres habían muerto en accidente.

Todos sentían la fatiga por la extensa travesía realizada cuesta arriba, y estaban sedientos. Quiso el destino que en una curva muy iluminada encontraran un portón de mármol que permitía ver una fuente de donde brotaba agua fresca y cristalina.

El caminante se dirigió al guardia que cuidaba la entrada y con su garganta seca dijo:

– ¡Qué hermoso lugar! ¿A dónde hemos llegado, amigo?
– Esto es el cielo, respondió el portero.

– ¡Qué suerte! –exclamó el visitante–. Tenemos mucha sed, ¿podemos pasar?
– Usted puede entrar y beber a su gusto, indicó el cuidador señalando a la fuente.

– También mi caballo y mi perro necesitan agua urgente, agregó el labriego.

– Lo lamento mucho. Aquí no se permite la entrada de animales, concluyó el guardián.

El hombre se sintió muy desafortunado. Realmente tenía mucha sed. Sin embargo, alcanzó "darse cuenta" que no podía abandonar a sus amigos. Era incapaz de salvarse solo, dejando a sus acompañantes sin ayuda. Decidió no beber y seguir la marcha junto a sus compañeros.

Con la sensación dolorosa que le proporcionaba su sed y la enorme fatiga, llegaron al rato a un nuevo sitio. Aquí la puerta estaba semiabierta y permitía ver un sendero bordeado de flores y buena sombra. Un hombre se encontraba recostado, como dormitando, con un sombrero inclinado sobre los ojos.

– Buen día, saludó el caminante. Estamos con mucha sed; mi caballo, mi perro y yo hemos hecho una larga travesía.
– Buenos días, devolvió el saludo solícito el hombre sacándose el sombrero. Hay una fuente en aquellas piedras, el agua es excelente y pueden beber a voluntad.
Los tres saciaron sus necesidades y al retirarse el hombre agradeció:

– Muchas gracias. ¡Qué bien nos sentimos, parece nuestra casa!

– Por favor, vengan cuando quieran.


– A propósito, ¿cuál es el nombre de este lugar?

– Cielo.


– ¿Cielo?. Pero si el guarda del portón de mármol me dijo lo mismo.
– No amigo, aquello es el infierno.

– Sin embargo, esta información falsa debe estar creando serios problemas de comunicación entre los visitantes, terribles confusiones.


– Todo lo contrario, le explicó el hombre. El infierno nos hace un gran favor. Allá quedan aquellos que son capaces de abandonar a sus amigos por salvarse."

Quizá sería bueno redefinir el concepto amistad, y empezar por preguntarnos a posteriori, si tenemos amigos…

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