Teniendo en cuenta las actuales circunstancias en que se encuentra la gestión municipal pensar que las fuerzas políticas con representación en la corporación vayan a tener la altura de miras suficiente como para arrinconar los intereses partidarios y a su vez esforzarse por establecer un diagnostico común, para a partir de ahí establecer políticas compartidas y consensuadas en aras de, a su vez, mantener políticas económicas que saneen las arcas municipales y posibilitar un plan de saneamiento eficaz.
Y conociendo sus respectivas posiciones de partida, estando pendiente el levantamiento del secreto del sumario y el posterior juicio de los imputados en la Operación Poniente; cabe profetizar que resulta a todas luces imposible.
Pero hay algo que si podemos hacer los ciudadanos al margen de los partidos, y es esforzarnos por establecer las causas de nuestra crisis institucional, perfilar las circunstancias que la han hecho posible, tenemos que preguntarnos y ser capaces de dar respuestas a, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?; ¿cómo es posible que el “urdidor” haya hecho y desecho a su antojo?, ¿cómo hemos podido estar tan “ciegos” para depositar nuestra confianza en la gestión municipal a personajes tan deficitarios?.
En la intimidad de nuestros domicilios, y si es que nos preocupa lo público, ¿nos soportamos a nosotros mismos la mirada cuando nos vemos reflejados en el espejo por haberles votado? ¿sentimos vergüenza ajena los que nunca les hemos manifestado nuestro apoyo?, y mas aún, ¿somos capaces de sentir vergüenza como ejidenses con todo el carácter colectivo que pueda tener el término?. ¡Espero que si!; porque siendo positiva la respuesta, estaríamos en el inicio del camino de la regeneración necesaria.
No me cabe la menor duda de que las visiones generales de la situación, nos llevarían a constatar que tenemos diferentes puntos de vista. Estarán los que sigan defendiendo “a capa y espada” que aquí no ha pasado nada, que todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario (a éstos los considero excluidos del debate porque aún cuando existan sentencias seguirán defendiendo sus “trincheras” particulares de expolio y mangoneo).
Los demás podemos preguntarnos, para despejar dudas, ¿porqué tienen dificultades los trabajadores para cobrar si hace seis meses había superávit en las cuentas municipales? (Enciso dixit). ¿Cómo es que ni siquiera se parchean los hoyos de nuestras calles adecuadamente? ¿tan mal estamos económicamente?. ¿A cuanto ascienden los ingresos fijos municipales por todos los conceptos?. ¿Y los gastos?. De la resta podremos deducir si la gestión municipal de los próximos años es viable. ¿Se puede gastar mas de lo que se ingresa?. Y si los gastos previstos (echemos mano de los datos del 2009) superan a los ingresos, aparte de los (presuntos) delitos cometidos para que se haya producido ésta situación… ¿Qué hacemos?.
Si basandonos en las escuchas telefónicas gravadas por la policía deducimos que nos han “choriceado” los fondos públicos; ¿debería personarse el Ayuntamiento como institución representativa de los intereses de todos los ejidenses en la causa reclamando la restauración económica pertinente? ¿lo va a hacer el Equipo de Gobierno en nombre de todos los ciudadanos?. ¿Va a actuar la judicatura en la linea de confiscar todos los bienes de los imputados, en tanto se concretan las respectivas responsabilidades, para evitar alzamientos de bienes y que se puedan “ir de rositas” los responsables, y que los ciudadanos tengamos que cargar con las deudas que nos han originado con su gestión… Todo lo que planteo y algunas preguntas mas ¿estamos los ciudadanos dispuestos a esforzarnos en encontrar respuestas?.
Si no hay diagnostico…Dificulto que pueda tener “cura la enfermedad”. Y llegados a ese extremo (ojalá que no) ¿Habrá que recordar la frase de Albert Einstein cuando decía que el mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad?.
Quiero seguir creyendo en mi pueblo, no me resigno a creer que colectivamente no tengamos futuro, no quiero pensar, ni por un momento, que seamos un pueblo sumiso proclive al autoengaño complaciente. Ya sabemos que el “pesebrismo” ciego, y los estómagos agradecidos van a seguir teniendo peso social y seguirán reivindicando su “trozo de pastel” aunque el deterioro se generalice y podamos llegar a ver, antes de las próximas elecciones municipales, hasta a los funcionarios sin poder cobrar. ¡Ojalá me equivoque!.
Mientras tanto ¿habremos interiorizado la mayoría de los ciudadanos del término la necesidad de tomar cartas en el asunto que nos ocupa, cual es que la política es algo tan importante que no podemos dejarla en manos de los “profesionales” por muy legitimados que se sientan por nuestros votos?.
Espero que si, nos va la vida económica del municipio (y mas cosas) en ello. La crisis no podemos aceptar que nos sea transferida “por la cara”; a estos politicuchos no puede salirles gratis nuestro embarrancamiento; pasemosles factura en las distintas formas posibles, implicandonos e implicandolos.
Y conociendo sus respectivas posiciones de partida, estando pendiente el levantamiento del secreto del sumario y el posterior juicio de los imputados en la Operación Poniente; cabe profetizar que resulta a todas luces imposible.
Pero hay algo que si podemos hacer los ciudadanos al margen de los partidos, y es esforzarnos por establecer las causas de nuestra crisis institucional, perfilar las circunstancias que la han hecho posible, tenemos que preguntarnos y ser capaces de dar respuestas a, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?; ¿cómo es posible que el “urdidor” haya hecho y desecho a su antojo?, ¿cómo hemos podido estar tan “ciegos” para depositar nuestra confianza en la gestión municipal a personajes tan deficitarios?.
En la intimidad de nuestros domicilios, y si es que nos preocupa lo público, ¿nos soportamos a nosotros mismos la mirada cuando nos vemos reflejados en el espejo por haberles votado? ¿sentimos vergüenza ajena los que nunca les hemos manifestado nuestro apoyo?, y mas aún, ¿somos capaces de sentir vergüenza como ejidenses con todo el carácter colectivo que pueda tener el término?. ¡Espero que si!; porque siendo positiva la respuesta, estaríamos en el inicio del camino de la regeneración necesaria.
No me cabe la menor duda de que las visiones generales de la situación, nos llevarían a constatar que tenemos diferentes puntos de vista. Estarán los que sigan defendiendo “a capa y espada” que aquí no ha pasado nada, que todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario (a éstos los considero excluidos del debate porque aún cuando existan sentencias seguirán defendiendo sus “trincheras” particulares de expolio y mangoneo).
Los demás podemos preguntarnos, para despejar dudas, ¿porqué tienen dificultades los trabajadores para cobrar si hace seis meses había superávit en las cuentas municipales? (Enciso dixit). ¿Cómo es que ni siquiera se parchean los hoyos de nuestras calles adecuadamente? ¿tan mal estamos económicamente?. ¿A cuanto ascienden los ingresos fijos municipales por todos los conceptos?. ¿Y los gastos?. De la resta podremos deducir si la gestión municipal de los próximos años es viable. ¿Se puede gastar mas de lo que se ingresa?. Y si los gastos previstos (echemos mano de los datos del 2009) superan a los ingresos, aparte de los (presuntos) delitos cometidos para que se haya producido ésta situación… ¿Qué hacemos?.
Si basandonos en las escuchas telefónicas gravadas por la policía deducimos que nos han “choriceado” los fondos públicos; ¿debería personarse el Ayuntamiento como institución representativa de los intereses de todos los ejidenses en la causa reclamando la restauración económica pertinente? ¿lo va a hacer el Equipo de Gobierno en nombre de todos los ciudadanos?. ¿Va a actuar la judicatura en la linea de confiscar todos los bienes de los imputados, en tanto se concretan las respectivas responsabilidades, para evitar alzamientos de bienes y que se puedan “ir de rositas” los responsables, y que los ciudadanos tengamos que cargar con las deudas que nos han originado con su gestión… Todo lo que planteo y algunas preguntas mas ¿estamos los ciudadanos dispuestos a esforzarnos en encontrar respuestas?.
Si no hay diagnostico…Dificulto que pueda tener “cura la enfermedad”. Y llegados a ese extremo (ojalá que no) ¿Habrá que recordar la frase de Albert Einstein cuando decía que el mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad?.
Quiero seguir creyendo en mi pueblo, no me resigno a creer que colectivamente no tengamos futuro, no quiero pensar, ni por un momento, que seamos un pueblo sumiso proclive al autoengaño complaciente. Ya sabemos que el “pesebrismo” ciego, y los estómagos agradecidos van a seguir teniendo peso social y seguirán reivindicando su “trozo de pastel” aunque el deterioro se generalice y podamos llegar a ver, antes de las próximas elecciones municipales, hasta a los funcionarios sin poder cobrar. ¡Ojalá me equivoque!.
Mientras tanto ¿habremos interiorizado la mayoría de los ciudadanos del término la necesidad de tomar cartas en el asunto que nos ocupa, cual es que la política es algo tan importante que no podemos dejarla en manos de los “profesionales” por muy legitimados que se sientan por nuestros votos?.
Espero que si, nos va la vida económica del municipio (y mas cosas) en ello. La crisis no podemos aceptar que nos sea transferida “por la cara”; a estos politicuchos no puede salirles gratis nuestro embarrancamiento; pasemosles factura en las distintas formas posibles, implicandonos e implicandolos.
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