Carta abierta a D.Francisco Sánchez Fernández, secretario de Agricultura de la Comisión Ejecutiva Provincial del PSOE en Almería.
Si no estuviese en cuestión la supervivencia económica de toda una provincia, que se ha desarrollado y se mantiene a expensas del trabajo y el sacrificio de la gran familia agraria almeriense; entrarían ganas de reír cuando se da lectura a la proclama del Sr. Sanchez y cuyo enlace acompaña en el blog a éstas lineas.
Pero como más allá de los improperios que lanza sobre sus adversarios políticos para “justificar” la situación en que nos encontramos los agricultores; resulta que dan ganas de llorar, es por lo que conviene que el Sr. Sanchez tenga en cuenta algunas observaciones.
No sería mala cosa que el Sr. Sanchez consultara los datos recientes de la Seguridad Social, que sin duda le serán ilustrativos, para comprobar el número de agricultores que se dan de baja en la actividad cada día que pasa y en el contexto andaluz. Comprenderá que a quienes tratamos de vivir de nuestro trabajo en el campo, nos entre “la risa floja” cuando trata de trasladar a otros la responsabilidad de que el desanimo esté cundiendo en el campo. Lamentablemente los hechos son incontestables y en ningún caso ésta es una opinión.
Pero intentemos situar en un contexto adecuado el debate, más allá del color político de quienes nos gobiernen en este momento u otros, pasados o venideros.
El hecho real es que la agricultura como tal, ha dejado de ser un sector estratégico para nuestros políticos; los lobys de presión de las grandes multinacionales condicionan su quehacer diario, que las más de las veces sin criterios propios, se dejan llevar por unos derroteros que responden más a los intereses de esas corporaciones que a los de la población en su conjunto.
No voy a quedarme en la critica fácil de recurrir siempre a “culpar al otro” de los males que nos aquejan; hay que asumir que el agricultor en su conjunto se ha dejado arrastrar por una dinámica productiva que a la larga ha venido a hipotecar su futuro, a saber:
Hemos perdido nuestra capacidad de independencia desde el momento en que hemos aceptado en nuestra práctica diaria que las semillas que utilizamos son las únicas que responden a la demanda de los consumidores.
Primera mentira que forma parte del autoengaño. Las variedades que utilizamos responden a los intereses de las multinacionales que las producen principalmente, y sobre todo a los de las grandes cadenas de distribución que necesitan (por poner un ejemplo) tomates que les duren mucho tiempo en las estanterías sin deteriorarse; y es bien sabido que los conceptos “Larga Vida” y sabor están en la inmensa mayoría de los casos reñidos.
Por otro lado hemos dejado de ser autosuficientes, inducidos por el sistema de producción industrial (si queremos tener algún pretexto que lo justifique) pero la realidad es que el monocultivo lleva aparejada la dependencia respecto a los cauces de comercialización de que se ha dotado el sistema; de tal manera que hemos dejado, incluso, de ser dueños de nuestro destino.
Volviendo a la política; Sería conveniente que el Sr. Sanchez averiguara donde van a parar los prestamos ICO de que habla; porque por Almería deben haber seguido otro camino distinto al del apoyo a los pequeños agricultores. No niego que puedan ser reales las cifras que maneja cuando afirma que el Fondo Español de Garantía Agraria ha hecho públicas las cifras transferidas al sector agrario español y que superan los 6.300 millones de euros; pero los hechos son tozudos Sr. Sanchez; el relevo generacional brilla por su ausencia, incluso en el campo almeriense. ¿Y sabe porque?. Sencillamente porque los padres no trasmitimos ilusión para que nuestros hijos sigan en la profesión. ¿No habrán ido a parar los 6.300 millones de euros a los bolsillos de los de siempre?.
Tan aparentemente preocupado como se muestra en la sostenibilidad de la “nueva” economía, le quiero facilitar unos datos oficiales que le pueden ser de utilidad.
El 7,5% de la superficie agraria útil de éste país genera el 19,5% del trabajo en el campo. Por otro lado, el 53,5% de esa misma superficie agraria útil genera solo el 13,5% del trabajo.
¿Sabe vd, porqué?. La realidad es que el 7,5% de esa superficie se corresponde con fincas de menos de dos hectareas; en tanto que el 53,5% se corresponde con fincas de mas de cien hectareas.
Haga vd. solo la lectura que corresponde, porque la situación en el campo es tal que son los pequeños agricultores los que están sufriendo la falta de coherencia entre lo que se dice, y lo que se defiende en la práctica diaria.
Evidentemente y “para su consuelo” no creo que la alternativa a Vds, en el plano político vaya a dar solución al problema. Un saludo.
Si no estuviese en cuestión la supervivencia económica de toda una provincia, que se ha desarrollado y se mantiene a expensas del trabajo y el sacrificio de la gran familia agraria almeriense; entrarían ganas de reír cuando se da lectura a la proclama del Sr. Sanchez y cuyo enlace acompaña en el blog a éstas lineas.
Pero como más allá de los improperios que lanza sobre sus adversarios políticos para “justificar” la situación en que nos encontramos los agricultores; resulta que dan ganas de llorar, es por lo que conviene que el Sr. Sanchez tenga en cuenta algunas observaciones.
No sería mala cosa que el Sr. Sanchez consultara los datos recientes de la Seguridad Social, que sin duda le serán ilustrativos, para comprobar el número de agricultores que se dan de baja en la actividad cada día que pasa y en el contexto andaluz. Comprenderá que a quienes tratamos de vivir de nuestro trabajo en el campo, nos entre “la risa floja” cuando trata de trasladar a otros la responsabilidad de que el desanimo esté cundiendo en el campo. Lamentablemente los hechos son incontestables y en ningún caso ésta es una opinión.
Pero intentemos situar en un contexto adecuado el debate, más allá del color político de quienes nos gobiernen en este momento u otros, pasados o venideros.
El hecho real es que la agricultura como tal, ha dejado de ser un sector estratégico para nuestros políticos; los lobys de presión de las grandes multinacionales condicionan su quehacer diario, que las más de las veces sin criterios propios, se dejan llevar por unos derroteros que responden más a los intereses de esas corporaciones que a los de la población en su conjunto.
No voy a quedarme en la critica fácil de recurrir siempre a “culpar al otro” de los males que nos aquejan; hay que asumir que el agricultor en su conjunto se ha dejado arrastrar por una dinámica productiva que a la larga ha venido a hipotecar su futuro, a saber:
Hemos perdido nuestra capacidad de independencia desde el momento en que hemos aceptado en nuestra práctica diaria que las semillas que utilizamos son las únicas que responden a la demanda de los consumidores.
Primera mentira que forma parte del autoengaño. Las variedades que utilizamos responden a los intereses de las multinacionales que las producen principalmente, y sobre todo a los de las grandes cadenas de distribución que necesitan (por poner un ejemplo) tomates que les duren mucho tiempo en las estanterías sin deteriorarse; y es bien sabido que los conceptos “Larga Vida” y sabor están en la inmensa mayoría de los casos reñidos.
Por otro lado hemos dejado de ser autosuficientes, inducidos por el sistema de producción industrial (si queremos tener algún pretexto que lo justifique) pero la realidad es que el monocultivo lleva aparejada la dependencia respecto a los cauces de comercialización de que se ha dotado el sistema; de tal manera que hemos dejado, incluso, de ser dueños de nuestro destino.
Volviendo a la política; Sería conveniente que el Sr. Sanchez averiguara donde van a parar los prestamos ICO de que habla; porque por Almería deben haber seguido otro camino distinto al del apoyo a los pequeños agricultores. No niego que puedan ser reales las cifras que maneja cuando afirma que el Fondo Español de Garantía Agraria ha hecho públicas las cifras transferidas al sector agrario español y que superan los 6.300 millones de euros; pero los hechos son tozudos Sr. Sanchez; el relevo generacional brilla por su ausencia, incluso en el campo almeriense. ¿Y sabe porque?. Sencillamente porque los padres no trasmitimos ilusión para que nuestros hijos sigan en la profesión. ¿No habrán ido a parar los 6.300 millones de euros a los bolsillos de los de siempre?.
Tan aparentemente preocupado como se muestra en la sostenibilidad de la “nueva” economía, le quiero facilitar unos datos oficiales que le pueden ser de utilidad.
El 7,5% de la superficie agraria útil de éste país genera el 19,5% del trabajo en el campo. Por otro lado, el 53,5% de esa misma superficie agraria útil genera solo el 13,5% del trabajo.
¿Sabe vd, porqué?. La realidad es que el 7,5% de esa superficie se corresponde con fincas de menos de dos hectareas; en tanto que el 53,5% se corresponde con fincas de mas de cien hectareas.
Haga vd. solo la lectura que corresponde, porque la situación en el campo es tal que son los pequeños agricultores los que están sufriendo la falta de coherencia entre lo que se dice, y lo que se defiende en la práctica diaria.
Evidentemente y “para su consuelo” no creo que la alternativa a Vds, en el plano político vaya a dar solución al problema. Un saludo.
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Firmado: Pícaro.
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